Ser feliz, para muchos, es lo que alcanzarán cuando tengan todo lo que quieren y por lo que trabajan. Para mí, es el estado en el que debo permanecer mientras alcanzo mis objetivos. Por eso, quiero compartir 15 hábitos de felicidad para que vivas plenamente.
Antes de ver los hábitos de felicidad, debemos interiorizar 2 ideas:
- Así como queremos conseguir mucho dinero, o bajar de peso; debemos trabajar para ser felices.
- Debemos tener claro que la felicidad es un estado, y no son picos de emoción transitoria.
Como con todos los hábitos, adoptarlos es un proceso. Así que no esperes resultados inmediatos.
Barb Markway, Ph.D. psicóloga y co-autora del libro Muriendo de la pena y Dolorosamente tímido, comparte los siguiente 15 hábitos de felicidad.
Hábitos de felicidad.
- Disfruta el momento.
- Deja de juzgarte a ti y a los demás.
- Cultiva un pensamiento realista.
- Apóyate en los demás.
- Resuelve conflictos proactivamente.
- Desarrolla prácticas para cuidar de ti mismo.
- Comparte gratitud.
- Enfócate en lo bueno.
- Abre tu mente a lo nuevo.
- Proyecta felicidad.
- ¡Ríe!
- Invierte tu dinero en las cosas correctas.
- Simplifica tu vida.
- Deja de compararte con los demás.
- Vive una vida con significado.
Veámoslos 1×1
15 Hábitos de felicidad.
Disfruta el momento.
Pasamos muchas cosas por alto y se nos olvida que somos afortunados por demasiadas razones. Tómate un momento al día para pensar en dónde estás y pensar en lo que tienes.
Deja de juzgarte a ti y a los demás.
Criticarte a ti y a los demás por lo que no tienen, es igual a ver el vaso medio vacío. Recuerda que muchas personas están haciendo lo que pueden con lo que tienen. Y que ninguno se levanta pensando en cómo hacer su vida un poco peor.
Cultiva un pensamiento realista.
No se trata de pensar que todo lo imposible es posible. Se trata de analizar todas las variables de tomar una determinada decisión.
Recuerda que parte de ser feliz, es estar satisfecho con lo que eres y con lo que tienes; y si piensas que nunca nada va a salir mal, de seguro te llevarás una gran decepción.
Apóyate en los demás.
Hablar con los demás es una forma de liberar peso cuando las cosas no andan bien. Ya que sientes que compartes la carga de tus problemas, puedes recibir opiniones constructivas; y al verbalizar lo que piensas, te das cuenta que los problemas no son tan graves como podrían ser.
Resuelve conflictos proactivamente.
Si te dedicas a continuar eternamente con tus conflictos; solo conseguirás amargarte. Por eso debes asegurarte de buscar soluciones a todos los problemas que te rodean.
Está claro que no es tarea sencilla. Pero a largo plazo, es mucho más fácil estar feliz y tranquilo.
Desarrolla prácticas para cuidar de ti mismo.
Si no estás feliz contigo mismo; no estarás feliz con nada. Así que si hay algo que no te gusta de ti, debes trabajar para cambiarlo.
Además, debes cuidarte. Hacer ejercicio, comer bien y darle descanso a tu cuerpo; son algunas de las formas de cuidarte.
Comparte gratitud.
Saca una pequeña parte de tu tiempo para agradecerle a las personas que han marcado una diferencia en tu vida.
Escríbeles un mensaje, llámalos, envía una carta…no importa la forma en que lo hagas; asegúrate de darles gracias por ayudarte y ser parte de tu camino.
Enfócate en lo bueno.
Recuerda ver el vaso medio lleno. Siempre podríamos estar mejor, siempre. Pero eso es completamente diferente a pensar que siempre estamos mal.
Ver el vaso medio lleno significa ver los problemas como oportunidades y los “no” como un “debo mejorar”.
Abre tu mente a lo nuevo.
Imagina que estás de vacaciones. Cuando viajas a un nuevo lugar, estás abierto a vivir nuevas experiencias. ¿Por que no tener esa mentalidad todos tus días?
Conociendo nuevas cosas es cuando nos conocemos a nosotros mismos. Y cuando nos conocemos es que podemos ser felices.
Proyecta felicidad.
¿Has visto tu cuerpo cuando tienes buenos resultados? Se expande y no teme llamar la atención. Esto se debe a que libera serotonina.
Lo increíble, es que no hace falta que tengas buenos resultados para sentirte como si los tuvieras. Simplemente adoptando posturas ganadoras, tu cuerpo va a liberar los neurotransmisores que te hacen sentir como un ganador.
De igual forma pasará con tu sonrisa.
¡Ríe!
Sonreír tiene muchos beneficios. Entre ellos, está que disminuye la presión sanguínea, incrementa tu creatividad y libera hormonas que reducen el estrés.
Así que sonríe. Le regalas una sonrisa al mundo y te la regalas a ti mismo.
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Invierte tu dinero en las cosas correctas.
Siempre nos preguntamos si el dinero compra o no felicidad. La respuesta es sencilla.
Unos de los hábitos de felicidad es utilizar tu dinero en experiencias o en los demás.
Simplifica tu vida.
Asegúrate de no tener un millón de decisiones por tomar todos los días. Eso te permitirá enfocarte en lo importante.
Deja de compararte con los demás.
Las vidas de todos se rige por diferentes circunstancias. No pienses que no eres feliz por que tu vecino tiene un mejor coche. O porque tus amigos viven en un mejor apartamento.
Lo que tienen los demás no determina tu nivel de felicidad.
Vive una vida con significado.
Si quieres ser feliz, no vayas por la vida simplemente por ir. Identifica un propósito, esfuérzate por alcanzarlo, y en la medida que tu dedicación de frutos; tu felicidad crecerá exponencialmente.
Conclusión.
Estos hábitos de felicidad nos demuestran que toda nuestra felicidad, está en nuestras manos. Por eso podemos apersonarnos de nuestros actos y alcanzar un estado en el que nos sintamos en plenitud con lo que somos y sentimos.
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