Es normal sentirse atrapado en la tentación de contarle a los demás de nuestros proyectos y sus respectivas metas. De mostrarle al mundo que vamos para adelante y de publicar en redes sociales cómo vamos cimentando las bases para nuestro futuro; pero estudios recomiendan que no cuentes tus metas si las quieres cumplir. ¿Será que nos perjudica?
Diferentes pruebas sicológicas han demostrado que contarle a los demás nuestras metas, hace que sea menos probable que las alcancemos.
Por qué es mejor que no cuentes tus metas.
Derek Sivers, empresario y fundador de CD baby, explica que al contar nuestros objetivos, ocurre un fenómeno llamado “realidad social”; donde al expresar lo que deseas hacer, la mente siente que ya se ha logrado. Y a raíz de la satisfacción que eso brinda; se pierde la motivación necesaria para completar las tareas necesarias para alcanzar nuestras metas.
Estudios que recomiendan que no cuentes tus metas.
- Este “problema” lleva años siendo estudiado. En 1926, Kurt Lewin, padre de la psicología social, pionero en el estudio de las dinámicas grupales y desarrollo organizacional; llamó a este fenómeno “sustitución”.
- En 1933, Wera Mahler encontró que cuando las personas sabían de nuestras metas, para nuestra mente ya parecían hechas realidad.
- En 1982, fue publicado un libro hablando del tema, llamado “Symbolic self-completion”, escrito por Peter Gollwitzer, profesor de sicología de la universidad de Nueva York; quién años más tarde, en 2009, haría una prueba con 63 personas; donde se comprobó que las personas que no dicen nada con respecto a sus metas tienen mayor probabilidad de alcanzarlas, con respecto a las que las dicen públicamente.
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¿Qué hacer?
Conociendo esto, tenemos 2 alternativas, no decir nada y dejar los cumplidos para cuando la meta sea alcanzada. O decir lo que queremos y perder la motivación necesaria para conseguirla.
Si optamos por la segunda, hay una forma de hacerlo bien:
En lugar de decir la meta, por ejemplo, “voy perder 20 kilos”, contemos lo que tenemos que hacer para conseguirla. Por ejemplo, “debo ir 5 veces al gimnasio esta semana”; de esta forma el cerebro no va a confundir el “decir” con el “hacer”.
“Subgoals as substitutes or complements: The role of goal accessibility”, un estudio realizado por Ayelet Fishback, Ravi Dhar y Yanmin Zhang en el 2006, habla de algo similar que sucede al cumplir un objetivo y cómo la satisfacción que eso brinda nos hace perder el enfoque en las otras tareas que debemos realizar para cumplir la meta final.
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Conclusión.
Son solo 2 cosas que debemos tener en cuenta para acercarnos a lo que tanto soñamos:
- Por inusual que parezca, NO decir lo que queremos alcanzar.
- No dejarnos engañar al cumplir uno de los objetivos, ya que para llegar a cumplir nuestras metas, !necesitamos hacer más de una cosa!
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